Monday, May 20, 2013
EL ROTULO GAY
Consideré en la época, muy interesante cuando la analista política MARIA JOAO SOARES hablaba de la importancia de llamar las cosas por su nombre, y hablaba de la teoría del polvo blanco, recordando que el mismo puede ser polvo para hornear, azúcar de repostería, talco o cocaína.
Hoy encuentro un caso en que llamar por su nombre está perjudicando a muchas personas en el mundo. Justamente por el prejuicio que implica, induce y provoca.
Nunca me pareció correcto hablar de respetar el derecho a “opciones” sexuales, porque ahí no entraría solo hombres y mujeres, sino que también animales, criaturas, y algunas tantas enfermedades como el sexo con personas muertas y etc. Rechazo ambas palabras, opciones y sexuales.
Una historia,
Tengo dos amigas que hace años viven juntas, vean bien, dos mujeres solteras, ambas son muy simpáticas, divertidas, muy cultas, son alegres, son queridas, son solidarias, cariñosas y amigas de verdad, amigas entre ellas y ambas de nosotros, podemos y contamos con ellas, y, aparte, como profesionales son brillantes. Son absolutamente respetables.
Hay personas de nuestro círculo de amistades quienes ocasionalmente, con mucho cuidado y nunca faltando al respeto, comenta y especula, de la posibilidad de que ambas sean pareja, y saben que, con todas las evidencias de que puede ser cierto, todos aceptamos bien! Es una sospecha pero, por la educación que nos recuerda el respeto a la intimidad de ambas, sabemos que son sus vidas y no nos compete inmiscuir, ni opinar y mucho menos aprobar o rechazar, no tenemos nada que ver, cierto?
Lo que es importante resaltar es la PERSONA y luego sus afinidades. AFINIDAD entre personas, y afinidad entre todos los miembros del círculo de una amistad. No es si hacen sexo, y que tipo de relación sexual practican estas personas. No necesitamos empezar por el sexo. No necesitamos usar las palabras HOMOSEXUAL, LESBIANAS, BISEXUAL O HETEROSEXUAL para definir esta o aquella persona, este o aquel grupo, y mucho menos para exigir respeto a estas personas. Repito, lo más importante no es el tipo de sexo, es la persona, es el ser humano, es la AFINIDAD entre ellas y todos los otros valores morales. La sexualidad es y tiene que ser secundario.
¿Qué tal si comenzamos a reivindicar los masturbadores? Qué tontería, ¿verdad?
Cuidémonos de las perversidades en las recetas de los Objetivos del Milenio
Marzha Navarro
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