Un Cafecito en la Embajada Americana

Este mensaje va dirigido a todos los gobernantes, a los ciudadanos, honorables, honestos, trabajadores y de muy buena fe, quienes ingenuamente coquetean con la Embajada Americana; Aquel ciudadano que luego de ser “invitado” a tomar un cafecito, en dicha embajada, pasea por sus pasillos cargando aquella emoción, alegría y orgullo por creer que está siendo tomado en serio, por creer tener alguna importancia, su persona, su trabajo o sus opiniones, para el país “mas poderoso e influyente del mundo”; Aquel que cree que el Departamento de Estado, y/o la Casa Blanca, están interesados y quieren trabajar con él, que él goza de la confianza, simpatía y del respeto de los americanos, y que seguramente en los informes secretos estará su nombre mencionado como alguien diferente e ideal para colaborar con el Gobierno de los Estados Unidos de América en algún emprendimiento, nacional o internacional. A estas personas de buena fe paso este importante y comprobado mensaje: Los Estados Unidos nunca dan, ellos siempre sacan, ellos siempre calculan cifras, cuanto ganaran, cuanto perderían o cuanto dejarían de ganar, son siempre cifras; y Las personas invitadas al universalmente conocido cafecito de la embajada, normalmente tan preocupadas en hacer las cosas super bien hechas para no decepcionarlos en nada, acaban transformándose en perritos falderos, ciegos y bien domesticados, tranformandose en estacion repetidora de terribles rumores que colaboran en sus politicas desestabilizadoras, que debilitan la institucionalidad, las que dicen que son necesarias para el cambio, y entonces el invitado va colaborando para que nuestros paises esten cada vez peor, ingobernables, casi sin control y ni se dan cuenta.