DOÑA AMADA PRESENTACION TORRES DE LLANES -

ÑA NENA para el pueblo, la ciudad de ITÁ, para los amigos y clientes, para nosotros MAMÁ NENA. MAMA NENA, fue una de las mujeres más batalladoras que ya conocí, mi suegra, quien cumpliría años hoy, 21 de noviembre. Para empezar, se enamoro de un hombre que su familia no quiso y de ahí entonces ya sus primeras guerras. Al casarse, la segunda etapa de su vida fue amor, 20 horas de mucho trabajo, porque así era el ritmo de su marido, y embarazos. Muy sacrificada pero era una persona alegre y feliz. Su cortesía siempre me llamó la atención, trataba con total encanto cada persona que se cruzaba por su camino, era costurera y tenía una tiendita de productos varios, juntamente con su esposo sastre, recibían por lo tanto, visitas constantes, gente muy humilde, gente de dinero, gente de otras ciudades atraídas por el muy activo mercado de la ciudad, en fin gente de todo tipo. Ella siempre tenía lindas palabras para cada persona, en guaraní o en castellano, siempre las personas salían sonrientes del establecimiento de la pareja, y cuando pasaban nomas por la vereda, paraban para un ADIOOOS que ella infaliblemente respondía con MBA’ E CHAPA PENDE KO’E? Como amaneciste? Iporá che ama, decía. Aprendí muchas palabras del idioma guaraní con ella. Me sorprendía verla antes de las 4 de la madrugada ya calentando agua para el mate, y luego ella y mi suegro tomándolo juntos, meditando y discutiendo temas de preocupación e interés, y en el mercado frente a su casa, en la Ciudad de ITA, un impresionante movimiento, con el sonido de polkitas bien bajito, y el olor dominante de la yerba mate quemada, que me hacía pensar – ¿¡Qué hora se habrán despertado para estar ya aquí y en plena actividad!?? MAMA NENA era una mujer llena de amor por sus hijos y por sus nietos, celosa por ellos, les cuidaba con tanto cariño y esmero, siempre, ella no descansaba, nunca decayó en aquel gran, inmenso, amor. No descuidaba también las fechas, siempre había algún regalito, inclusive para sus, literalmente, miles de ahijados, quienes ella conocían muy bien, y por sus nombres. Como casi todas las señoras paraguayas, le gustaba cocinar grande y le encantaba ver su mesa llena todo mundo comiendo mucho, bien grande, reitero y repitiendo el plato hasta que se acabe toda la comida y venga el postre. Estaba pendiente de cada persona, si quiere pan, o aceite para la ensalada, no descuidaba nada. Solo la vi enojada y muy enojada, cuando en una rápida ausencia, de visita a Tia Bete, su hermana y vecina, su marido había podado algunos árboles y plantas de su jardín, la vi furiosa! Y no sé cómo se repuso relativamente rápido también. Estar enojada no era su vocación. La vi también indignarse cuando la acompañé a una misa, (que ella asistió obligada por su marido), en algún momento salto y dijo “ ¡¡ E’á !! Que se cree este hombre para opinar sobre la vida de las mujeres”. El sacerdote hablaba sobre el aborto. Entonces note que ella no era ninguna ignorante y tenía la mentalidad bastante avanzada. Con mi mama y con otras personas, de otros países, note que no había tema que ella no conocía y opinaba inteligentemente y con un lindo castellano haciendo con que todos la entendieran perfectamente. Ella leía revistas que venían de Buenos Aires. Cuando llegábamos de sorpresa a la Ciudad, mi esposo entraba directo a la pieza de sus papás y siguiéndole pude ver como mis suegros dormían en una cama muy chica, los dos abrazaditos y él se cargaba tanto encima de ella que me preguntaba si al día siguiente no le iba a doler todo el cuerpo, luego al abrir sus ojos Mamá NENA, ya empezaba la alegría, cortesía y ganas de hacer rápidamente algo rico para nosotros, y de la nada surgía un delicioso “guisito de carne” cuyo sabor similar jamás logre encontrar, son aquellos platos de mama insuperables, así era la querida ÑA NENA, mi suegra, de quien me acuerdo diariamente y hoy con mucha añoranza… Marzha Navarro